
Cuando hablamos de diseño interior, solemos pensar primero en el color, los muebles o la iluminación. Sin embargo, hay un elemento que muchas veces se pasa por alto y que tiene la capacidad de transformar por completo un espacio: las texturas.
Las texturas no solo se perciben con la vista, también con el tacto, y son las responsables de dar profundidad, interés y calidez a un ambiente. Un espacio sin texturas puede sentirse plano y frío, mientras que uno con la combinación adecuada transmite confort y personalidad.
¿Por qué son importantes las texturas?
Las texturas permiten crear contrastes y sensaciones. Un mismo color puede proyectar emociones muy distintas dependiendo de su acabado:
Gracias a ellas, es posible jugar con la percepción del espacio y enriquecer el diseño sin necesidad de cambios radicales.
Cómo incorporar texturas en tus proyectos
El arte de combinar
El secreto no está en usar muchas texturas, sino en equilibrarlas. Por ejemplo:
Las texturas son uno de los recursos más poderosos en el diseño de interiores porque transforman la manera en que experimentamos un espacio. Al mezclarlas de forma equilibrada, no solo logramos un resultado visual atractivo, sino también ambientes que transmiten sensaciones únicas.
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